lunes, 12 de noviembre de 2007

¿Qué sería de una vida sin quilombos?

Recuerdo que esta pregunta me la hizo uno de mis alumnos dilectos cuando daba clases en el Instituto de Ciencias, Filosofía y Crítica de Cine en Champs Élysées, “pochoclo” le decíamos cariñosamente entre los profesores, sus compañeros de estudios le decían “droga”, nunca entendí el ¿por qué? de ese sobrenombre.
En aquella época, dar clases era un lujo, un gusto para cualquiera que ejerciera la carrera docente en cualquier grado de la educación que fuese. Nuestra universidad constaba de un edificio principal y otras dos construcciones menores a los lados, si uno salía a caminar por sus alrededores se encontraba con los mejores paisajes que la naturaleza podría brindar a la vista, así como uno podía ver pasar el aire, también podía ver (?) las mejores frases filosofales escritas en el éter.

En una tarde de jueves, me dirigí a meditar junto al lago, cuando “pochoclo” se acerca y me pregunta (lo que sigue a continuación es un fragmento del diálogo que tuve con él):

Pochoclo: Ingeniero… me puede usted decir ¿Qué sería de una vida sin quilombos?
Yo: Una pregunta de difícil respuesta… es lo mismo que alguien preguntase ¿Qué sería de un mundo sin abogados? Algo realmente utópico, no existe.
Pochoclo: Bueno… gracias igualmente por su tiempo.
Yo: Gracias a vos por la profanidad de tu pregunta, prometo reflexionar sobre esto y comentarte mis conclusiones.
Pochoclo: Gracias otra vez, es usted muy amable.
Yo: De nada.

Los días pasaron, y esta pregunta seguía retumbando en mi cabeza y la respuesta no llegaba, no aparecía.
Empecé por preguntarme ¿qué son hechos generadores de quilombos?, y encontré: trabajo, pareja, familia, estudios, vecinos, fanáticas de Arjona, etc., la lista sigue pero creo que cada uno de nosotros la puede editar o crear de acuerdo a los quilombos que tenga.
Seguidamente, entendí que cuándo uno tiene quilombos para resolver lo primero que hace es desesperarse y elevar así todos sus problemas a la enésima potencia. Frases como: “no me molestes, no te das cuenta que estoy con diez mil quilombos”, “ahora no puedo, tengo muchos quilombos en mi cabeza”.
Con esta lógica de análisis creo que la forma más adecuada de terminar con todos los problemas que diariamente nos aquejan sería pegarnos un tiro a la altura de la sien o hacernos un harakiri con una galletita de agua; pero no, lo que hay que hacer es serenarse, hay que poner la pelota en el piso, y levantar la cabeza, la solución siempre aparece, todos tenemos la capacidad de resolver problemas (con diferentes métodos, pero todos podemos).

Semanas más tarde me volví a encontrar con Pochoclo y le dije:
Yo: Hola Pochoclo, ¡buenas tardes!
Pochoclo: Ingeniero, que gusto saludarlo
Yo: Lo mismo digo. Quiero decirte que he meditado sobre tu pregunta y he llegado a una conclusión...
Pochoclo: ¡Eso excelente! ¿A qué conclusión ha llegado?
Yo: En primer lugar quiero decirte que no tengo una respuesta a tu pregunta
Pochoclo: ¿Vos me estás gastando?
Yo: De ninguna manera… Simplemente quiero decirte que te tenés que tranquilizar, vos vas a poder solucionar todo lo que se te presente. Una buena forma de comenzar es haciéndole honor al sobrenombre que te han dado tus compañeros y compartir ese faso que tenés con tu maestro…
Pochoclo/Droga: Bueno… está bien, pero la próxima invita uno usted.
Yo: Ok, prometo hacerlo.

El resto de la charla lamentablemente no la puedo recordar, pero si recuerdo estar muy relajado y verlo a Pochoclo en igual estado, espero haberlo ayudado.

Cómo se darán cuenta es imposible tener una vida sin quilombos, el participar activamente en una sociedad e interactuar con nuestros pares nos lleva a meternos en situaciones que eventualmente devengarán algún problema para resolver, lo mejor es estar siempre tranquilos.
Igualmente convoco: Si alguien tiene la respuesta a esta pregunta preciso que me la haga llegar a mi casilla de mail, o, simplemente dejando un comentario al terminar de leer el post con el que hoy los convoco a visitar mi blog.

Gracias, como siempre son muy amables

Ing. Jean Chichè
Ing.jean.chiche@gmail.com


P.D. 1: Quiero dedicar este texto a Ariel D´onofrio por su humildad y magia, y por haberme dado el título para este escrito.

P.D. 2: Agradezco al staff de directivos y columnistas amigos de la web: www.vmeg.com.ar ¿Vos me estás gastando?, por su buena predisposición y capacidad de trabajo serio y dedicado. Espero no me combren honorarios en concepto de derechos de reproducción por citarlos hoy.

jueves, 25 de octubre de 2007

La brecha es cada vez menor

El sábado a la tarde (entrando en la noche) de este país en el que estoy instalado acaba de concluir el mundial de Rugby que se ha jugado en mi tierra, donde nuestra selección terminó con un decoroso cuarto puesto, y, los Pumas, así denominada la selección de Rugby argenta, finalizó en el tercer lugar obteniendo de esta manera la medalla de bronce y una hazaña histórica para los que practican ese deporte.
Estando durante más de 30 años en este país me he dado cuenta lo visceral que pueden llegar a ser sus habitantes en cuanto a deportes se trate. Antes era un privilegio para el fútbol, posteriormente se sumó el básquet y en menor medida lo hacen: Hockey femenino, tenis; y ahora, recientemente incorporado, el rugby. A honor de la verdad, el mundial de fútbol ocupa el primer lugar lejos de todos, es el único evento que logra que un país literalmente deje de funcionar, y así grandes atrocidades se han logrado cometer.

Lo que realmente me impresiona es que los argentinos se los acusa de falta de sentimiento nacionalista, pero tienen un amor por la camiseta de su país que va más allá de cualquier frontera, en otros países del primer mundo eso no se ve.
Otra cosa que se ve aquí y no en otros países que son del primer mundo es: gente pobre e indigente, bebés y niños desnutridos, una clase media completamente destruida, profesionales manejando taxis, desesperanzados, la lista se haría interminable; no vale la pena seguir.
Pero… ¡atentos! Antes cada 4 años, y durante un mes completo, todos son triunfadores, no tienen más hambre, vuelven a ser un país del primer mundo. Afortunadamente, la brecha ahora es menor, pueden unirse para ver un mundial de básquet, de hockey, liga y mundial de volley, cada 3 meses se pueden unir a alentar al equipo argentino de tenis en la Copa Davis, y así donde haya cualquier argentino de popularidad media ahí estarán todos alentándolo, sintiéndose superiores aunque sea por un momento.

Muchos pensarán que soy extranjero y que no tengo derecho a opinar sobre esto, podrían mandarme a caminar descalzo por los mismísimos siete infiernos, pero no, yo quiero encontrar sabiduría en este territorio tan vasto y provechoso en el que estoy.

Una idea en forma de pregunta llega a mi calva cabeza: ¿Qué ocurriría si de vez en cuando, cada 3, 6 meses, ó, 1 vez al año jugaran su propio mundial? El objetivo es simple, hay que ganarle a los enemigos que los azotan: El primer mundial sería contra el hambre y la desnutrición: todos empujando y ayudándose para combatir este flagelo y no ver más gente en paupérrimas condiciones de vida; y así podríamos seguir jugando mundiales hasta ganarles a todos estos buches del establishment.
Yo se que es una idea utópica, y hasta me enviarían al manicomio sin vacilarlo; pero bueno si lo llegasen a organizar no dudaría un segundo en tomar la nacionalidad celeste y blanca y jugar para su equipo.

Gracias nuevamente, como siempre son muy amables

Ing. Jean Chichè
Ing.jean.chiche@gmail.com

lunes, 15 de octubre de 2007

MancusoR, dios de la joda


La historia es de los tiempos mitológicos, donde la humanidad estaba tratando de adivinar cuál era su verdadera indentidad, incapaces de lograr tal empresa delegaban cualquier cosa que no pudieran resolver, en manos de los “dioses”.
Muchas culturas tuvieron deidades a las cuales adoraron y encomendaban su suerte en la vida, ejemplos sobran: los romanos, griegos; y, más adelante en el tiempo, los indios y los nórdicos. En esta última cultura es donde me quiero detener.

Hace tiempo estuve estudiando su mitología y no sólo supe ubicar en tiempo y espacio a Thor, Odín y Balder; sino que había un ser superior al que se hacía referencia de una forma muy particular, se trata de MancusoR, dios de la lujuria y la vida licenciosa.

Cuenta la leyenda que nuestro “dios” era uno de los más indisciplinados de la comunidad nórdica de seres superiores y les jugaba bromas pesadas a sus pares, cosa que le terminó costando la expulsión de este selecto grupo.
Así las cosas, fue confinado a vivir en el mundo de los mortales con una única misión en su vida, hacer el bien sin mirar a quien, pero… ¿qué clase de bien? ¿Cuidar a los enfermos? ¿alimentar a los que tienen hambre? No, nada de eso. Su objetivo principal era pasarla bien y quienes estuvieran alrededor suyo la pasaran igual o mejor todavía.
Las leyendas cuentan que fue el primero que creó las noches de “gira”: alcohol, baile y amor de alquiler fueron unas de las constantes que se daban en el pueblo nórdico de principios de los tiempos, hay quienes lo consideran un héroe en la actualidad, pues se le adjudica la creación del “oro negro”, más conocido como Fernet.

No hay mucha información recopilada del que es partir de ahora amigo de todos, los más conservadores de los historiadores le atribuyen la destrucción de los vikingos como comunidad asegurando que fue él quien se peinó a las mujeres de toda una aldea y a modo de souvenir dejaba un sombrero con dos cuernos para el uso de los hombres, por eso el 17 de julio además de ser el Día Internacional del Cornudo, es san MancusoR.
Se sabe que físicamente era enorme, ampuloso, su presencia imponía respeto en cualquier lugar donde estaba, pero una vez que se lo conocía todos querían estar con él; así de popular era.

Finalmente dicen que después de tanto vagar en el mundo de los mortales un día volvió a juntarse en el más allá con sus pares nórdicos quienes decidieron que se quedara indefinidamente con los mortales y que siga desempeñándose en lo que hace, que mal no estaba.
Hay quienes aseguran que está entre nosotros; la foto que se pone junto a esta columna dicen que se asemeja a él, pero no hay confirmaciones al respecto, sólo suposiciones.

Desde este humilde lugar, espero alguna vez encontrarlo o que él me encuentre y me lleve de “gira” un año entero, ya lo dijo W. Blake: “el camino de los excesos, lleva al palacio de la sabiduría”.

Gracias por su tiempo, son muy amables

Ing. Jean Chichè
Ing.jean.chiche@gmail.com

domingo, 5 de agosto de 2007

El tiempo te dio la razón


Bueno… empezar por pedir disculpas por la demora en escribir creo que es lo inmediatamente necesario, lamento esta tan prolongada ausencia, no es mi intención que se vuelva a repetir.
El tema que me propongo tocar hoy ha sido desencadenador de varios y candentes debates, despierta odios y amores, pero nadie puede negar el profundo respeto que nace cuando su nombre se escucha dando vueltas por el aire.
La persona a la cual le dedico mis ciberlíneas no es otra que Marcelo Bielsa, en este momento considero necesario confesar que cuando me quise dedicar al cibermundo de la comunicación tomé a su persona como uno de los paladines inspiradores en la búsqueda que encaro día a día.
El “loco”, como también es conocido, es de Rosario, provincia de Santa Fe, hincha fanático y enfermo de Newell’s Old Boys (Ñuls o los leprosos en términos más mundanos), conocida es su trayectoria como técnico en el fútbol nacional e internacional y su particular historia como entrenador de la Selección Argentina de Fútbol, no es necesario establecer un juicio de valor sobre esto, simplemente no quiero, no sería el objetivo al cual me propongo llegar.
Lo que siempre encontré rescatable de la personalidad de Marcelo Bielsa es el apego férreo a sus convicciones, su capacidad de poder explicar todo sin dejar al azar ningún detalle, el enfrentarse desde lo ideológico con cualquiera que le propusiera un debate desde la lógica, nunca quiso ser partícipe voluntario de ningún show (algo difícil si tomamos en cuenta lo mediático de su actividad).
“La honestidad no es una virtud, es una obligación”: esta frase es de su autoría, creo que resume su actitud, su carisma, su hombría de bien, pocos pueden decir esa frase y no evitar sonrojarse.
Hoy el mundo del fútbol lo extraña, todos sentimos su ausencia, los hombres que luchan por hacer mejor el ámbito en el que actúan y cuyo espíritu jamás podrá ser amedrentado siempre son necesarios, su ausencia ha demostrado que finalmente el tiempo le dio la razón.

Gracias, son siempre muy amables

Ing. Jean Chichè
Ing.jean.chiche@gmail.com

Nota: Invito a todos a visitar http://www.frasesbielsistas.blogspot.com/, ahí podrán descubrir y entender todos un poco más de la filosofía de este magnánimo ícono.

lunes, 23 de julio de 2007

17 de julio, Día Internacional del cornudo

Corneta, doble corona, sombrero de vikingo, cornicheli, guampudo, o simplemente ¡cornudo! Muchachos, hoy es su día, ¡salud, sea suya la gloria! (?)
Un festejo muy particular para gente poco común que lentamente se va imponiendo en un mundo globalizado donde cualquiera garcha con cualquiera y algunos salen perjudicados.

La historia del nacimiento de este día me la contó mi amigo Mangacuso, un domingo por la mañana cuando nos cruzamos por esas tantas casualidades que tiene la vida en la carnicería comprando carne para el tradicional asado dominical, nuestras mujeres estaban en la peluquería mientras les hacían unos retoques…
Todo comienza en las nórdicas tierras de lo que hoy se conoce como la península báltica, para ser más precisos, Noruega. Harald “el rubio”, el máximo soberano vikingo, sucesor de Harald “el duro” fue en busca de conquistar nuevas tierras, dejando totalmente descuidado su más preciado y codiciado bien, su esposa: Katya “la que está fuerte”.
Al regresar victorioso de varias batallas en el sur de la península, va en busca de su amada que lo estaba esperando algo agotada en su lecho matrimonial y con mirada de satisfacción, esas que sólo pocas cosas saben producir, al ingresar “el rubio” en la habitación, “la que está fuerte” le dio un sombrero con dos cuernos de marfil blancos en el frente que brillaban con particular resplandor, y le dijo: “no sólo sos el soberano más fuerte de esta tierra sino que desde hace varias semanas sos flor de cornudo, te regalo este sombrero” Así fue escrita la historia. Es por eso que en las futuras batallas los vikingos eran siempre vencidos y derrotados, ¿se imaginan? mandar 800 nórdicos todos con un sombrero con dos cuernos, debería ser (y deber ser) bastante desmoralizador para cualquier espíritu (por más combativo que se crea un cornudo es alguien moralmente detonado).
En estos tiempos que nos toca vivir, ya es una costumbre señalar a alguien como cornudo, más preocupante es cuando uno mismo se da cuenta que lleva una psicológica cornamenta en la frente y nada puede hacer para librarse de ella.
Si ustedes buscan en cualquier diccionario de frases y sinónimos encontrarán las siguientes acepciones: “cornudo”, “recontra cornudo”, “flor de cornudo”, “se choca los cuernos contra el marco de la puerta”, “no ve por los cuernos que tiene”; la lista es larga y los sinónimos son muchos, los invito a investigar.

Se da por descontado que este día se puede festejar, pero de una forma muy particular, es decir, uno busca a su pareja para pasar un buen momento y nunca la puede encontrar porque “se fue a la peluquería y no vuelve en todo el día”. En este momento se recomienda tomar la bebida o trago de su preferencia el 17 de julio y festejar (con el mayor perfil bajo posible) su propio día del cornudo. Afortunadamente nunca festejé este día, las veces que no puedo encontrar a mi amada ella siempre está estudiando intensamente y no debo molestarla, no hay que interrumpir a los genios cuando están trabajando.

Con esto me despido, espero haya sido de su interés y cuando sospechen de alguien que arrastre unos cuernos más grandes que los de Aires no duden en saludarlo, seguramente no lo sepa.

Como siempre son muy amables

Ing. Jean Chichè
ing.jean.chiche@gmail.com

jueves, 17 de mayo de 2007

El hombre, su razón y su búsqueda

Cuando decidí crear y darle vida a este blog, pensé que iba a ser una tarea fácil, que cualquiera podría hacerla, grande* error el mío. El tener lugar para poder hablar, o mejor dicho, escribir sobre lo que uno quiere, puede llegar a generar un vacío tan o más grande que el mismo Océano Pacífico, eso es lo que hoy me está ocurriendo, tengo uno de los lugares más grandes e infinitos del mundo (Internet) para escribir lo que se me ocurra y no se por dónde empezar, ¡que contrariedad!

Esta situación me hizo recordar a mis épocas de colegio primario y secundario cuando la maestra de plástica o de literatura llegaba y nos decía: “Tema libre, escriban o dibujen lo que quieran”. Momentos como ese ponían a prueba la creatividad de uno… tantos temas para tratar, tan diversos, tan únicos ¿con cuál me quedo?
Recuerdo estar en la Escuela Técnica Superior de París junto con un amigo mío, en aquellas épocas un estudiante de intercambio (más adelante revelaré su identidad) tratando de definir un tema para poder cumplir con la tarea encomendada y los títulos empezaron a salir con demasiada facilidad: “Efectos de la revolución industrial inglesa en la literatura universal”, “Descomposición orgánica de las cucarachas”, y también surgían temas banales, como ser: “Boxer o slip”, “Papas fritas o ensalada rusa”, en fin, la lista es interminable pero por razones sintéticas vamos a terminarla aquí. Así pasamos toda la clase y no pudimos pensar en un tema para desarrollar, finalmente actividades plásticas fue una de las materias que tuve que recuperar en el gélido invierno francés, verano en este país en el que ahora resido.
Al salir de la Escuela lo dejé a mi amigo y emprendí rumbo hacia mi hogar, y me quedé pensando en porqué no pude pensar un tema, un sólo tema para desarrollar en clase ¿acaso tan idiota soy? al seguir caminando y observar que llevaba un zapato de cada color me di cuenta de lo inevitable, era un idiota.

Volviendo al tema que quería abarcar en esta epístola cibernética de hoy, ¿qué hago? ¿sobre qué escribo?. El tiempo pasó y con eso mis años mozos se fueron desvaneciendo, fui adquiriendo experiencia en algunas cosas y me he convertido en un total incompetente para otras, pero la búsqueda, la razón de mi ser se ha mantenido intacta, es una lucha interna, personal, íntima (pero no interactiva) contra todos los flagelos que denigran nuestra condición de humanos racionales, esas cosas a las que nos exponemos diariamente tan materiales, tan vacías, tan inocuas; es triste haber vivido tanto tiempo y ver como los objetos son los que transforman a la gente y no al revés.

Hoy, y a través de este pequeño lugar que tengo asignado en el ciberespacio, quiero reivindicar mi lucha e invitar a todos los que sientan lo mismo a unir fuerzas conmigo y terminar con este flagelo que acosa a la humanidad desde tiempos inmemoriales.
Ha habido, y, actualmente, hay muchas personas que intentan esta utópica lucha desde muchos lugares, todos distintos ellos en sus actividades y funciones, aquí serán reconocidos de forma periódica para que sepan que su lucha no ha sido, ni es, ni será en vano.


Gracias por su tiempo, son ustedes muy amables

Ing. Jean Chichè
Ing.jean.chiche@gmail.com


*Quiero agradecer al grande técnico de San Lorenzo Ramón Díaz su capacidad total y absoluta para reemplazar adjetivos por sustantivos sin ningún tipo de contemplación.

lunes, 19 de marzo de 2007

El cielo ganó un ángel

Este pequeño texto está dedicado para vos, no hace falta que de nombres, en mi memoria y en la de muchos quedarás siempre como una mujer de hierro, más fuerte que cualquier hombre.
Para Mi fuiste como una abuela, es imposible hacer memoria sobre todo lo que hice durante en mi infancia y no acordarme de vos; siempre estuviste vos. Me esperabas a la tarde y jugábamos a millones de cosas, juegos de mesa, cartas, en fin... tus pastelitos, tus tortas fritas, pizzas, tartas de verdura que muchos han criticado, nunca comí con tanto gusto.
Me costó mucho tener que despedirte y saber la última vez que te había visto fue en un festejo de año nuevo hacía 4 años, que desastre de mi parte. No haberte visto una vez más para que me dieras un abrazo de esos tan fuertes que sabías dar y me dijeras: "que alto que estás, y que lindo que estás así de gordito".
En algún momento te volveré a ver y te voy a visitar y me voy a quedar un tiempo largo, se que la nube que tenés en el cielo es lo suficientemente grande para todos, tente listas unas pizzas y unos pastelitos con dulce para el postre, seguro voy a llegar con hambre.

Gracias por haber existido
Ing. Jean Chichè
ing.jean.chiche@gmail.com

Si yo fuera usted lo pensaría dos veces ¿está bien?

Estimados cibernavegantes, Les doy mi más cordial y calurosa bienvenida a este, mi blog.
Por el momento se encuentra en versión beta y está siendo probado con las más rigurosas evaluaciones de calidad, confiabilidad y servicio.
En instantes estará actualizado y contará con un diseño novedoso, sobrio, agradable al gusto de cualquier internauta; por el momento pido disculpas, esto es lo que hay.

Les mando a todos un cordial saludo y me despido hasta el próximo comunicado.
Ing. Jean Chichè
ing.jean.chiche@gmail.com