jueves, 14 de abril de 2011

Poco se de bares. Vol I

Sin dudas hay cosas estoy aprendiendo a disfrutar después de mucho tiempo: mi trabajo, mis amigos, mi familia, a mi (?).

En un intento por renovarme y escapar a la rutina decidí que voy a pasar un rato por un bar cuando pueda, desplegar mi arsenal tecnológico para hacer culto al ocio más ocioso de todos.

Tribunales es la zona que me convoca, en una tarde gris de un jueves que ya está terminando, donde no tengo nada por delante que hacer, tenía una cita, pero me dejaron plantado porque se olvidaron que tenían que verme (no... si yo soy un fenómeno, todas mueren por mi, ¡mamadera!). Pero bueno, hay un frase del saber popular que Molotov a traducido en canción que dice "más vale cholo, que mal acompañado", y aquí me tienen.

Al mirar el bar donde estoy sentado pareciera que son todos importantes, el ecosistema (!) que me rodea es agradable, pero es una sensación mentirosa, falsa... nada ni nadie puede ser tan perfecto. Hay muchos señores de traje, elegantemente vestidos y adornados; las mujeres que observo son duquesas o baronesas, su estilo, su prestancia y elegancia realmente impresionan..., todas las miradas son vacías de contenido, sus poses se mantienen intactas. A mi la camisa se me sale por todos los costados quedando totalmente desalineado.
Indirectamente pertenezco a este ambiente y quiero hacerlo, mi destino es inevitable y siento que estoy cerca de ello, no reniego ni me enfado, lo acepto, lo asimilo, lo disfruto, además de ingeniero soy abogado, me gusta, quiero pertenecer.

Alguna vez un borracho cuando joven me cantó "te vendisteeeee... por dinero", pensaba que venderse estaba mal, que era traicionar a mis ideales, que mis códigos eran otros, pero no se... años después pienso que no me vendí y mucho menos por dinero sino ya sería uno de los hombres más ricos de la tierra, creo que evolucioné, me adapté, me transformé, acercándome hacia donde quiero ir sin jamás renegar de donde vengo, como fui criado, educado y formado.

Ahora estoy sólo, ya casi no queda nadie, el mozo que me atiende lee el diario, mira para ver si ya me voy o si seguiré con la mirada fija y seria sobre mi monitor como si estuviera haciendo algo importante, pobre, si supiera...

Es momento de partir.

Gracias, son siempre muy amables.
Ing. Jean Chichè

domingo, 10 de abril de 2011

Poesía simple = Rima poderosa

Martes 5 de abril, lindo día si lo fue.
Es necesario aclarar antes que nada que tengo mi cuota de recitales, pero para este en particular tenía ganas de verlo desde mis más mozos años de adolescente.

Roxette volvió a dar un recital en Argentina después de casi 15 años cuando vinieron a presentar su disco "Crash, Boom, Bang!", y para mi fue un momento sin igual.
Abrieron con "Dressed por success" y no les faltó ningún hit o temazo con el que haya robado el cariño de una niña en aquellos años felices (?), por ejemplo: "Spending my time", "Fading like a flower (everytime you live)", "I must have been love", y la bomba anímica de "Listen to your heart", y por supuesto, no faltó ninguno de los temazos que dejaron huella en décadas pasadas: "The look", "Dangerous", "Sleeping in my car", "The Big L.", "Church of your heart", "Queen of the rain", entre otras.

También sentí en un momento que realmente estaba en la década de los noventa... había muchachos con pelo batido y chicas con minifaldas de jean y medias de colores bien llamativos... No fui víctima de ningún pogo o agite loco, si lamento todos y cada uno de los que se dedicó a filmar con sus cámaras o celulares todo el recital lo cual hizo imposible disfrutar del evento con cierta comodidad.

En lo que despliegue musical se refiere el dúo (y la banda entera) superó ampliamente mis espectativas, si bien ella (Marie Fredicksson) viene de recuperarse de una operación seria (extracción de un tumor cerebral) ya no domina la escena como antes, todavía tiene un timbre agudo que hipnotiza que hace que a uno quiere le cante todo un día, ya no se mueve en el escenario como antes, está parada en un lugar fijo y toda la banda cuida de ella.
Él (Per Gessle), en cambio, está on fire (?), corre, salta, toca la guitarra interactúa con el público siempre y canta como antes no lo hacía, es quien ahora lleva el mando cuando tiempo antes así no lo era.
El público acompañó siempre, cantando en casi todos los temas, provocando la sentida emoción del dúo que no se sintió fabricada ni acompañada de un "son el mejor público del mundo", miraban a la gente sin entender lo que ellos sigue generando después de tantos años.

Podemos discutir el estilo pop, la música o un millón de cosas positivas o negativas, pero esta banda marcó una época para muchos, fue una moda, hoy no es LA banda del momento, pero que buen momento me hicieron pasar en esas dos horas que duró el recital.

Gracias, son siempre muy amables

Ing. Jean Chichè